500 days of Summer
Para Febrero no quiero hablar de una película rosa, pero voy a hablar de una película rosa.
Rosa sí, pero…que también es amarilla, azul, roja, naranja, morada y negra.
“Esto no es una historia de amor, si no una historia sobre amor”, Dice un narrador de ominosa voz que comienza y toma, en el género de comedia romántica, la presentación de una película que no permite ser degradada por los tópicos populares, sino que encapsula las mitologías de la historia de amor cliché y las hace añicos para presentar lo más importante, un realista pero refrescante historia de amor.
Seamos sinceros. Todos hemos tenido nuestra dote de desamores. Ya se trate de la “seamos solo amigos”, o la táctica demasiado familiar, “No eres tú, soy yo”, siempre y cuando usted no está en el extremo receptor se convierte en una cuestión de “¿Qué tan rápido puedo terminar con esto, para seguir adelante con mi vida? “Igualmente, todos nosotros (sí, incluso Brad Pitt) han experimentado lo que se siente al vivir las emociones complejas que siguen inesperadamente al objeto de ser dejado.
Si usted es una de las almas afortunadas que han logrado escapar de esa la lanza infernal, es probable que no le guste esta película y vea mejor la última de “Los Indestructibles”. Para el resto de ustedes que han en un momento u otro conseguido que sus corazones sean arrancados de sus pechos y pisoteados en un millón de piezas sólo para convertirte en ermitaños sin afeitar, alcohólicos en el borde de la inanición … esta película está dedicada a ti.
El director Mark Webb nos lleva a través de una historia que al parecer hemos visto millones de veces. El chico quiere a la chica, la chica no, el se esfuerza, la chica lo piensa y él la convence, se aman. Fin de la historia. Pero ¿Es así? no lo es en la película, como tampoco lo es en la vida. El director nos hace ver de manera refrescante el género de comedia romántica, una presentación de una historia que no se degrada por los temas trillados y tan ampliamente conocidos, de fórmulas clásicas, de finales esperados, sino que encapsula las mitologías de amor cliché y las rasga en pedazos para presentar una realidad cierta, pero divertida, acerca del amor.
A la audiencia se le presenta Tom (Joseph Gordon-Levitt) quien destruye fotos de su ruptura amorosa. Inmediatamente se puede decir que la película incorpora técnicas innovadoras hacia su estructura narrativa en como se cuenta la historia de forma continua a través del pasado, presente y futuro a lo largo de un lapso de 500 días.
Con el tiempo nos enteramos de que Tom es muy bueno en su trabajo en una fábrica de tarjetas y que sus pensamientos del amor se ven volcados en ellas, ¿quien no ha leído una de esas tarjetas en algún lugar, inclusive nos las han regalado, y sentimos todo en sus palabras? pues las mismas palabras en las que el describe sus pensamientos sobre el amor y que se aportaron a partir de los conceptos de la cultura pop, por ejemplo, las ideas de la fé, las almas gemelas, y todo acerca de nuestra cultura colectiva, mientras que, de manera muy diferente y contrarios a estos, los pensamientos de Summer (Zooey Deschanel) se basan en un sentido mucho más realista que las influidas en ideas estereotipadas. Un choque de fuerzas de consideración es lo de esperarse.
Es mediante el uso de estos personajes que se representan los diferentes conceptos del amor. Webb crea una brillante comparación entre la visión realista e idealista del amor, especialmente cuando la pantalla es dividida en dos en cierta escena y nos muestran al mismo tiempo expectativas contra realidad. Nada más apabullante y magistralmente presentado. Esta yuxtaposición es genial porque Webb captura un momento compartido por muchos, la esperanza de que lo que amas regresará, contra la realidad donde nada parece suceder como debería. Me viene a la mente cualquier película de Woody Allen.
Hay homenajes a “El graduado” y a Ingmar Bergman. no como un truco, sino como una forma de representar las emociones como personajes. Tom y Summer en el cine viendo “El graduado”, Summer llora sintiéndose reflejada en las emociones que la pantalla le transmite, igualmente las más profundas depresiones de Tom se ven espejeadas en tres secuencias de Bergman.
Al final la captura de la esencia del amor es brillante y podemos concluir que es una película romántica sin perder el realismo y lo divertido a pesar de lo poco convencional que pueda parecer.
Ampliamente recomendable sobra decir.